lunes, 5 de enero de 2009

Están los que saben y están los que andan presumiendo...

"Para el resto del curso de filosofía es muy importante que entiendas la diferencia entre un "sofista" y un "filósofo". Los sofistas cobraban por sus explicaciones más o menos sutiles, y esos sofitas han ido apareciendo y desapareciendo a través de toda la Historia. Me refiero a todos esos maestros de escuela y sabelotodos que, o están muy contentos con lo poco que saben, o presumen de saber un motón de cosas de las que en realidad no tienen ni idea. Seguramente habrás conocido a algunos de esos sofistas en tu corta vida. Un verdadero filósofo, Sofía, es algo muy distinto, más biel lo contrario. Un filósofo sabe que en realidad sabe muy poco, y, precisamente por eso, intenta una y otra vez conseguir verdaderos conocimientos. Sócrates fue un ser así, un ser raro. Se saba cuenta de que no sabía nada de la vida ni del mundo, o más que eso: le molestaba seriamente saber tan poco.
Un filósofo es, pues, una persona que reconoce que hay un montón de cosas que no entiende. Y eso le molesta. De esa manera es, al fin y al cabo, más sabio que todos aquellos que presumen de saber cosas de las que no saben nada. "La más sabia es la que no sabe", dije. Y Sócrates dijo que sólo sabía una cosa: que no sabía nada. Toma nota de esta afirmación, porque ese reconocimiento es una cosa rara, incluso entre filósofos. Además, puede resultar tan peligroso si lo predicas públicamente que te puede costar la vida. Los que preguntan, son siempre los más peligrosos. No resulta igual de peligroso contestar. Una sola pregunta puede contener más pólvora que mil respuestas."

El mundo de Sofía. Jostein Gaarder




1 comentarios:

Xaj dijo...

En este mundillo de certezas, las preguntas son dardos en los dedos de los opinadores fáciles.

Saluditos.