y recorrer mi ciudad para reconocerla
debo volverme a encantar como supe de niño
y despertar como un dios que alargara la siesta.
Debo leer en el mar la lección de lo inmenso
y renombrar el color que la vida me enseña
debo saber respirar un oxígeno fresco
y regresar a ese sol que contigo me espera.
Debo aprender que mañana es un mundo habitable
lleno de instantes, promesas y besos y sueños
debo encontrar la semilla del hijo y del padre
debo bañarme otra vez en el claro deseo
en el hondo deseo, deseo.
Debo ponerme a brillar con la luna entreabierta
y recostarme en la paz que humedece tu abrigo
debo saberle cantar a una noche tan nueva
como aquella que una vez estrenaras conmigo.
Silvio Rodríguez
1 comentarios:
precioso poema.
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